Mi primera moto de Fisher-Price

Fisher-Price ha lanzado Mi primera moto y gracias al portal Infopapás (que asesora a los padres para la compra de juguetes) he podido conocerla y probarla. Enseña conceptos básicos de aprendizaje y se pone en marcha con más de 50 canciones, melodías y frases. A Valentina le ha encantado. Es una moto ideal para niños a partir de 12 meses y hasta más allá de los 36 diría yo. Potencia la motricidad de nuestros hijos. Tiene tres niveles de juego que se adaptan al desarrollo del niño. En el vídeo os lo cuento y en este post mucho más.

Mi primera moto “Ríe y Aprende” incluye la nueva tecnología inteligente que permite cambiar los aprendizajes ofrecidos a medida que el niño crece. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, por eso la tecnología inteligente permite seleccionar la etapa de aprendizaje más adecuada para cada momento. En función de ella, hay varias canciones, frases y sonidos para las distintas etapas de desarrollo, con tres niveles de juego.

Por ejemplo, el nivel 1 (a partir de 12 meses) la moto emite sonidos y palabras sencillas que llaman la atención de los niños y despiertan su curiosidad. Cuando ya es más mayorcito (a partir de los 18 meses) anima a los niños a interactuar con preguntas e instrucciones sencillas; y, finalmente, en el nivel para peques de 24 meses en adelante, potencia el juego de imitación y fomenta que los niños den rienda suelta a su imaginación.

Veréis que es muy sencillo su uso. Tiene tres botones de formas distintas para cada nivel de aprendizaje. Éstos enseñan los números, los colores, las formas, los contrarios y más conceptos básicos de aprendizaje.

Para mi lo más sorprendente de la tecnología inteligente es que el detector de movimiento activa aprendizajes a medida que el niño corre en su moto. También el claxon sirve para activar canciones y sonidos adicionales en función del nivel.

A mis hijos les encanta girar la llave que hace un ruido característico que  estimula el juego desde una edad temprana. Tiene un diseño estable, con ruedas anchas, para que los peques mantengan el equilibrio, y puedan subirse y bajarse de la moto fácilmente, ejercitando así la motricidad gruesa.